Magnavox es una compañía electrónica fundada por Edwin Pridham y Peter Jensen. Los hermanos inventaron el primer altavoz en 1915 y lo nombraron “Magnavox“.

Con la introducción del Odyssey en 1972, Magnavox entró al mercado de las consolas de videojuegos. Philips compró Magnavox en 1974.

Magnavox Odyssey es la primera videoconsola de la historia. Fue desarrollada por Ralph Baer, fue lanzada en las tiendas estadounidenses en septiembre de 1972 y comercializada por la filial de Philips en Estados Unidos, convirtiéndose en un éxito de ventas en muy poco tiempo.

¿Dónde empezó todo?

El prototipo de esta consola, desarrollado en 1968, es conocido como “Brown Box” entre los coleccionistas de videojuegos.

En el año 1951, un ingeniero estadounidense llamado Ralph Baer trabajaba en Loral, una empresa dedicada a fabricar equipo electrónico militar de alta tecnología para aviones. En ese año le encargaron el objetivo de “construir la mejor televisión del mundo”, y él sugirió que esta televisión “perfecta” debía tener algún tipo de juego interactivo, como un elemento más para diferenciarse del resto de televisiones. Aunque su sugerencia no fue tenida en cuenta inicialmente, en 1966 Ralph Baer consiguió por fin llamar la atención de Sanders Associates, el contratista de Defensa para el que Ralph Baer trabajaba, sobre su idea de crear juegos interactivos en pantallas.

Ralph Baer consiguió que le asignaran a un ayudante, Bob Tremblay, y le permitieran utilizar una sala vacía y material de la empresa. En tan sólo un año ya tenía preparado un primer prototipo que llamó “TV Game #1”, que sin ser aún jugable le permitió obtener los fondos necesarios y la ayuda de otro ingeniero más, Bill Harrison. Junto con la ayuda puntual de otro ingeniero llamado Bill Rusch, trabajaron en el primer prototipo de consola de Ralph Baer y en varios juegos interactivos: un juego en el que dos cuadrados blancos se perseguían el uno al otro sobre un fondo negro, un juego de tenis e incluso una pistola de juguete modificada y que podía reconocer manchas en la pantalla.

Con la dirección de Sanders convencida de la viabilidad del proyecto, más fondos y más ayuda, Ralph Baer y su equipo lograron en enero de 1969 presentar su séptimo prototipo al que llamaron “Brown Box”, debido a la cubierta de madera que tenía la circuitería y los mandos de los jugadores.

Comenzaron entonces a mostrar este prototipo a diferentes fabricantes de TV, y aunque RCA se interesó en un primer momento finalmente no se llegó a ningún acuerdo. No fue hasta enero de 1971 cuando Ralph Baer y sus socios consiguieron firmar un contrato con Magnavox.

 La Magnavox Odyssey fue el primer sistema casero de videojuegos. El 27 de enero de 1972, Magnavox comenzó la producción de la máquina, y el sistema fue lanzado en mayo.

Magnavox se hizo cargo del diseño final de la consola, y modificó los juegos añadiendo algunos más con el permiso y el soporte de Ralph Baer y su equipo. Se trataba de un aparato compuesto de 40 transistores y 40 diodos, capaz de generar señales simples en una pantalla de televisión. Los jugadores debían llevar la cuenta de la partida escribiéndola en un papel, pues la máquina no era capaz de llevar el tanteo. Al año siguiente, en 1973, se realizaría el lanzamiento en Europa.

El lanzamiento de la Odyssey generó en todo el mundo un caso severo de la “locura de Pong”, y compañías por todo el mundo comenzaron a desarrollar sus propias máquinas. Ralph Baer protestó enérgicamente cuando se enteró de los planes de Magnavox de vender la consola únicamente a través de las tiendas de su propia cadena, y no a través de los distribuidores principales. Esto hizo pensar a muchos potenciales compradores que solo funcionaba con televisiones Magnavox, cosa que no era cierta, pero la empresa se encargó de no confirmar ni desmentir esta idea, utilizándola para vender la consola a precio rebajado si se compraba junto con una televisión de su marca.

A esta práctica poco ética se unieron varios elementos más que provocaron la ira de Ralph Baer; por un lado, en el pack de venta, además del aparato, se encontraban láminas transparentes que se adaptaban a la pantalla del televisor para simular gráficos complejos, dos controladores, seis tarjetas de juegos, dinero de mentira, una baraja de cartas de juego, una ruleta, una lámina que simulaba un campo de fútbol, una libreta de anotación de puntos y un vaso con dos dados de póker. Por otra parte, la consola se encareció hasta costar unos considerables 100 dólares estadounidenses de la época, sin contar el rifle que se vendía como un accesorio adicional al pack básico.

Odyssey tuvo clones, siendo la primera de ellas fabricada en España. En 1974, la reputada empresa de televisores y radios Inter Electrónica S.A. lanzó la consola Overkal, máquina bastante similar a Odyssey, incluso con mejoras (juegos integrados, mandos pegados a la consola,…). Es considerada así mismo la primera consola clon y la primera europea de la historia. Otros clones destacables son Kanal 34 (1976), Telematch de Panoramic (1975) y la también española Teletenis Multijuegos (1976) de la empresa valenciana Togisa.

A pesar de todo las ventas fueron un éxito, y se vendieron solo en el primer año de su lanzamiento alrededor de 100,000 unidades, con ese precio de $100 por unidad.